El equipo mallorquín puso una denuncia el una comisaria de Madrid para denunciar que 30 ensaimadas mallorquinas con sobrasada habían sido robadas de su vestuario en su visita al Real Madrid. Los responsables del equipo balear sospechan del arbitro y los dos linieres, y dejan a salvo al cuarto árbitro porque «tiene una cara de tondo que no se le aguanta».

A la salida del partido se puso ver cómo la barba de Sergio Ramos tenía trazas de lo que parecía ser azucar y algo anaranjado. Por ello el club de Mallorca cree que el robo lo acometió el equipo arbitral para darle las ensaimadas, usadas por este equipo para la recuperación pos partido de sus jugadores, para dárselas a los jugadores del Real Madrid.