El Barça no sólo perdió ayer la Supercopa (que en el fondo es un torneo que no cuenta demasiado), sino que también se arriesga a perder a Messi durante los próximos tres o cuatro partidos. Y es que la ostia que le metió a Villalibre fue de las que no se pueden disimular. De hecho, la agresión de Messi hizo saltar las alarmas en el Instituto Geográfico Nacional, que es el encargado de registrar los movimientos sísmicos.

«Cuando vimos que las agujas se movían, nos temimos lo peor. Parecía que podía ser un terremoto bastante intenso. Por suerte, la mayoría estaban viendo el partido en lugar de trabajar, y observando los datos, nos dimos cuenta de que no se trataba de ningún movimiento sísmico, sino que había sido el ostión que Messi le había soltado a Villalibre.»