La imagen que Sergio Ramos ha compartido en su twitter no deja lugar a dudas. Cansado de esperar la renovación con el Real Madrid y sin ofertas interesantes de otros equipos, el todavía capitán blanco ha decidido dejarse crecer aún más la barba, dejarse el pelo largo, y crear su propia religión. «Siempre he sentido que era alguien llamado a ser especial. Ahora me doy cuenta de que no se trataba de jugar a fútbol, sino de traer un mensaje de paz, amor, y tatuajes por todo el cuerpo.»

De momento no se sabe mucho más de la nueva secta de los Ramosianos, ni cuantos miembros tiene. Aunque con la cantidad de hijos que tiene, sólo con meter a su familia ya puede ir tirando.